
Creemos que Chile de a poco está teniendo una transformación cultural y queremos ser parte de ella. Por eso creamos este espacio con una arquitectura que reúne la nostalgia del bar de barrio chileno, el bolero y la psicodelia del joven chileno actual, todo en función de un montón de líneas de cerveza craft y otros fermentados. No discriminamos sexualidad ni culturalidad, puedes venir solo o acompañado. Somos un bar quitapena y todos quienes han sufrido un dolor en el corazón son bienvenidos. De hecho, nuestro anhelo es que un día entre al bar una señora ultra pituca, así como con tenida combinada de un solo color, peinado de los años 20, cartera bien chica y diga «AAHHH NO, este lugar tiene música de rotos!» y después de un par de pilsen termine bailando en la barra. En realidad está todo armado para eso esa es prácticamente nuestra misión… de verdad esperamos que algún día ocurra.
